domingo, 26 de marzo de 2017

Dos sistemas parecidos y relacionados, pero diferentes

El sistema hormonal


Las glándulas endocrinas vierten a la sangre moléculas o mensajeros químicos denominados hormonas. La sangre los distribuye por todo el cuerpo, aunque solo tiene efecto sobre algunos órganos conocidos como diana. Las hormonas están más tiempo en la sangre que lo que dura un impulso nervioso.

El hipotálamo dirige el funcionamiento de la hipófisis mediante los factores liberadores, las neurohormonas. 














  • La epífisis o glándula pineal, es la encargada de controlar el ciclo diario y el sueño a través de la melatonina. 
  • La hipófisis o glándula pituitaria, cuyas hormonas dirigen la actividad de otras glándulas endocrinas: las gonadotropas sobre los órganos sexuales; la hormona estimuladora de la tiroides o tirotropa (TSH) sobre la tiroides; la adenocorticotropa (ADTH) sobre las glándulas suprarrenales. Además, la oxitocina activa las contracciones del útero en el parto; la prolactina favorece la producción de leche en la mujer; la hormona antidiurética controla la pérdida de agua en la orina, y la hormona somatotropa o del crecimiento activa el alargamiento de los huesos.


Otras glándulas endocrinas fuera del encéfalo: 
  • Tiroides (regula a través de la tiroxina y aumenta el calcio en los huesos a través de la calcitonina
  • Paratiroides ( a través de la hormona paratiroidea regula también el calcio en el organismo)
  • Glándulas suprarrenales ( a través del cortisol o cortisona actúan y preparan el organismo con la adrenalina y en los riñones a través de la aldosterona)
  •  Islotes pancreáticos (controlan los niveles de glucosa en sangre a través del glucagón e insulina)
  • Gónadas (ovarios, que producen estrógeno y progesterona y testículos, que producen testosterona).



El sistema nervioso

El sistema nervioso obtiene información y detecta cambios tanto en el medio interno como en el externo, los valora y responde con órdenes a los músculos o glándulas. Las rutas que van desde los centros sensitivos a los centros de coordinación son las vías aferentes o sensitivas, mientras que las que se dirigen de los centros nerviosos a los órganos efectores son vías eferentes o motoras. Si una vía cumple ambas funciones, se denomina mixta.

En el encéfalo la información circula (la mayor parte del recorrido) en forma de impulso eléctrico por las membranas de las neuronas, pero al pasar de una neurona a otra, o al llegar al órgano efector, la información se transmite por mensajeros químicos, llamados en este caso neurotransmisores. 

Los neurotransmisores recorren un espacio muy pequeño, el espacio sináptico, entre la neurona y la membrana postsináptica del órgano efector.










Anatomía

El sistema nervioso central (SNC) lo forman las neuronas que tienen todas sus partes integradas en el encéfalo o en la médula espinal. El sistema nervioso periférico (SNP), son todas las neuronas que poseen alguna parte fuera de los dos órganos del sistema central. Incluye los nervios que salen fuera del encéfalo o de la médula y las neuronas periféricas

Los componentes del sistema nervioso

La neurona es la unidad estructural y funcional del sistema nervioso. Como el resto de células presenta membrana, citoplasma con orgánulos y núcleo. Sin embargo, su especialización como conductoras de los impulsos nerviosos hace que adopten un aspecto muy particular.












  • Cuerpo neural
Contiene el núcleo y la mayor parte del citoplasma y de los orgánulos. Suele formar parte de la llamada sustancia gris, frecuente en la médula y en el encéfalo.


  • Dendritas
Son prolongaciones, por lo general muy ramificadas, que contactan con otras neuronas, de las que reciben los impulsos nerviosos.


  • Axón
Es una prolongación del cuerpo neuronal. Algunos son muy largos y recorren amplias zonas del cuerpo hasta contactar con músculos y glándulas agrupados en conjuntos de fibras denominadas nervios. El axón es recorrido por el impulso nervioso hasta su extremo, que está en contacto con las dendritas de otra neurona, con un músculo o con una glándula. En muchos nervios, el axón está recubierto por una vaina de mielina, procedente de células acompañantes de las neuronas o células gliales, lo que acelera la velocidad del impulso. En el encéfalo y la médula, los axones forman la llamada sustancia blanca


El impulso nervioso

La información nerviosa se transmite por la neurona en forma de impulsos eléctricos muy breves. La neurona utiliza para ello dos iones abundantes en el organismo, el sodio (Na+) y el potasio (K+). Abre o cierra canales existentes en la membrana de la neurona de forma que esos iones entran o salen. Durante unos milisegundos varían las cargas eléctricas y el instante de diferencia anormal de cargas eléctricas es el impulso nervioso, que se desplaza velozmente a lo largo de la membrana desde las dendritas hasta el axón.

Entre una neurona y la siguiente, o entre una neurona y una célula efectora, el impulso se transmite mediante mensajeros químicos que se denominan neurotransmisores. Los neurotransmisores están contenidos en pequeñas vesículas que la neurona fabrica y almacena en el extremo del axón. Cuando el impulso nervioso llega a esa zona, las vesículas se fusionan con la cara interna de la membrana de la neurona en el botón terminal del axón y los neurotransmisores se vierten al pequeño espacio sináptico que hay entre la neurona y otra célula.

El paso del impulso nervioso entre una neurona y otra se denomina sinápsis.











Funcionalidad

El sistema nervioso se considera el tipo de órganos efectores que regula y los puntos de los que recibe información.

Las vías nerviosas encargadas de los automatismos reciben el nombre de sistema nervioso autónomo para diferenciarlo del somático, encargado de las vías conscientes sensoriales y motoras. Se regula así la frecuencia cardiaca, el ritmo respiratorio, la dilatación de la pupila y la acomodación visual, la salivación, la respuesta sexual, etc. Muchas de estas acciones pueden, además, tener otro control voluntario (por ejemplo, el ritmo respiratorio).

Los nervios que se dirigen desde los centros receptores internos hacia el sistema central forman parte del sistema nervioso autónomo. Aportan información visceral y del medio interno: temperatura, presión sanguínea, oxígeno en sangre, etc. Así se puede dar respuestas automáticas involuntarias o reflejos viscerales.

El sistema nervioso somático: Recibe información de los órganos sensoriales del cuerpo y envía órdenes a los efectores somáticos o músculos esqueléticos de contracción voluntaria.

Sistema nervioso autónomo o vegetativo. Recibe información de los receptores viscerales internos y lleva órdenes a los efectores autónomos o viscerales. Este sistema consta de los sistemas simpático y parasimpático. Las vías simpáticas y parasimpáticas tienen carácter antagónico, es decir, mientras unas activan una acción, las otras relajan o la inhiben. El sistema nervioso autónomo estimula órganos y sistemas mediante órdenes involuntarias procedentes del sistema nervioso central: del hipotálamo o del bulbo raquídeo (en el encéfalo) o de la médula espinal.

Constituye una doble red de nervios y ganglios:
  • El sistema nervioso simpático. Implicado en acciones de activación e incremento del gasto de energía. Pone al organismo en alerta. Usa adrenalina y noradrenalina como neurotransmisores.
  • El sistema nervioso parasimpático. Participa en acciones de relajación, normalidad y bajo gasto energético. Usa acetilcolina como neurotransmisor.
El sistema autónomo no es totalmente independiente del central, de manera que la mente consciente influye en él.


El sistema nervioso periférico


Es el conjunto complejo de nervios ramificados distribuidos por todo el cuerpo, que puede ser de tres tipos: aferentes o sensitivos, eferentes o motores y mixtos.






Está constituido por pares de nervios que salen y vuelven al sistema nervioso central. Cuando parten del encéfalo se denominan nervios craneales (12 pares de nervios que enlazan con zonas diferentes del encéfalo y se dirigen a distintas partes de la cabeza, recibiendo sensaciones o enviando órdenes), y cuando lo hacen desde la médula espinal, nervios raquídeos o espinales (son 31 pares de nervios que salen secuencialmente de distintas partes de la médula espinal, cada par presenta en su inserción a la médula dos ramas, una motora y otra sensorial, que se unen luego en un solo cordón nervioso que se ramifica en plexos nerviosos). En el trayecto de algunos nervios hay engrosamientos denominados ganglios nerviosos, formados por cuerpos neuronales donde se establecen las sinapsis de unas neuronas con otras y se puede controlar el recorrido del impulso.


El sistema nervioso central


El sistema nervioso central (SNC) está compuesto por el encéfalo y la médula espinal, ambos protegidos por dos estructuras:

La envoltura exterior es de hueso y dura. Es el cráneo, en el caso del encéfalo y la columna vertebral, en el de la médula.

La envoltura interior es blanda, y está formada por tres membranas denominadas meninges: duramadre, aracnoides y piamadre.

En el interior de estos órganos y entre las membranas está el líquido cefalorraquídeo, que sirve de protección contra los traumatismos.




El encéfalo



El encéfalo es la parte del sistema nervioso central que se encuentra en el interior del cráneo. Se trata de uno de los órganos mayores del cuerpo, con una masa media de 1,4 kg. En él residen los centros superiores de coordinación y la consciencia. 








La organización básica general del tejido nervioso en el encéfalo consiste en distribuir hacia la parte externa la sustancia gris, dejando la sustancia blanca en el interior.


El cerebro es la parte mayor que incluye,

Dos hemisferios cerebrales. Su superficie (la corteza cerebralestá formada por sustancia gris, constituida por cuerpos neuronales y células glialesEstá replegada superficialmente a través de circunvoluciones y cisuras, o surcos más profundos, que la dividen en lóbulos. La parte interna de los hemisferios está constituida por sustancia blanca, compuesta por axones que ponen en contacto unas zonas del encéfalo con otras.
El cuerpo calloso. Integrado por fibras nerviosas y comunica los dos hemisferios entre sí.
El sistema límbico, que rodea el cuerpo calloso.
El tálamo e hipotálamo. Dos estructuras de la parte interior e inferior del cerebro. Regulan la comunicación entre las diferentes partes del encéfalo y el sistema hormonal. El hipotálamo, conectado con la hipófisis, actúa también como glándula endocrina y es el que controla en gran medida el sistema hormonal.


El cerebelo
Está ubicado debajo y detrás del cerebro y recubierto parcialmente por él. Presenta pliegues superficiales, al igual que el cerebro. Como los hemisferios cerebrales, contiene una corteza de sustancia gris, con cuerpos neuronales, y un interior de fibras o sustancia blanca.


El tronco del encéfalo
Situado a continuación y debajo del cerebro, tiene continuidad con la médula espinal. Consta de varias partes, entre las que destaca el bulbo raquídeo, o zona por la que el encéfalo se une con la médula espinal. Además contiene algunos centros de control nervioso.


Las funciones del encéfalo

El encéfalo es una estructura muy compleja, cuyas funciones son, entre otras: la interpretación sensorial y la generación de órdenes motoras. Tienen lugar en la corteza cerebral. 

La identificación de las áreas sensoriales y motoras en la corteza cerebral puede representarse con los llamados homúnculos sensoriales y motores.




Lenguaje. Implica varias zonas cerebrales. La mayoría de los científicos afirma que el lenguaje y cerebro tienen una dependencia evolutiva, y que todos los lenguajes poseen una estructura común de base biológica.

Lógica, creatividad y lateralidad. Cada hemisferio controla la parte contraria del cuerpo. Las actividades lógicas y analíticas activan áreas del hemisferio izquierdo, mientras que las más creativas e imaginativas activan el derecho.

Emociones. Afectan principalmente a una amplia zona del interior del cerebro denominada sistema límbico, que incluye el hipocampo.

Aprendizaje, razonamiento y memoria. Las funciones cognitivas complejas abarcan muchas zonas, como el sistema límbico (recuerdos complejos y emocionales), el cerebelo (memoria de procesamiento) y áreas de la corteza y los lóbulos frontales.

Consciencia. Constituida  por los procesos que permiten el conocimiento de uno mismo y de la capacidad de acción sobre el entorno. Influye en diversas zonas, y sobre todo en la relación entre la corteza y el tronco encefálico. Además, depende de la interacción constante entre el sistema nervioso y el conjunto del cuerpo.



 La médula espinal

En la médula espinal, la organización del tejido nervioso es al contrario que en el cerebro: la sustancia gris se sitúa en el interior y la sustancia blanca hacia el exterior. 

En el centro de la médula, rodeado de sustancia gris, hay un tubo relleno de líquido cefalorraquídeo denominado epéndimo.



La médula sirve fundamentalmente para la transmisión de mensajes entre el encéfalo y las partes inferiores del cuerpo y puede elaborar respuestas automáticas rápidas, los actos reflejos.


Fuente bibliográfica:

- Biología y geología 3 ESO SM Savia. Unidad 5, La coordinación de nuestro organismo.
- Google Imágenes.













lunes, 6 de marzo de 2017

La era del cerebro


Redes-Estimula tu cerebro para vivir más y mejor.


La conducta humana está directamente relacionada con el cerebro que es el órgano que facilita el aprendizaje, la memorización, el razonamiento (en suma, la conducta denominada inteligente) y las emociones. Los humanos nos caracterizamos diferencialmente al resto de especies no en rasgos físicos más o menos adaptados a las características del entorno, sino en la sucesiva especialización del cerebro.

El cerebro es un órgano que ha evolucionado y se ha ido modificando para dar respuesta y soporte estructural a las competencias que han permitido la humanización y desarrollo de la cultura y la civilización humanas. Es el responsable de esa progresiva humanización y del funcionamiento y logros cognitivos del hombre actual. 

Para llegar a donde ha llegado, el cerebro ha sufrido cambios importantes conforme a las competencias y funciones que debía sostener para el progreso de la especie y estos cambios se reflejan, especialmente, en las zonas más novedosas de su estructura actual: la corteza cerebral y, en ella, especialmente, el lóbulo frontal, sede de lo que denominamos "funciones cognitivas superiores".

En los últimos años el avance de la comprensión sobre cómo se desarrolla el cerebro ha sido asombroso gracias a los avances en las técnicas de neuroimagen y estudios genéticos que, desde la neurociencia del desarrollo, permiten comprender los mecanismos que subyacen a la diferenciación y formación celular, migración celular, crecimiento dendrítico, conexiones sinápticas, etc. La neurociencia está aportando a la psicología del desarrollo (rama de la psicología que estudia los cambios conductuales y psicológicos de las personas, durante el periodo que se extiende desde su concepción hasta su muerte) conocimientos sobre la conectividad neuronal de los estímulos y la representación conceptual del mundo a través de una arquitectura cognitiva.

Las arquitecturas cognitivas se definen como el conjunto de componentes esenciales de un sistema que permite el análisis de sus cogniciones y sus conductas. Estas proporcionan el soporte físico (hardware) y las herramientas simbólicas (software) necesarios para describir y predecir la conducta de un sistema neurocognitivo en una situación determinada. Aplicadas a la cognición humana, las arquitecturas cognitivas ofrecen un excelente marco experimental que permite modelar y poner a prueba una determinada hipótesis sobre su funcionamiento.

Con todos estos avances científicos es preciso un enfoque en el estudio integrado de las bases neurales de las representaciones mentales involucradas en distintos procesos cognitivos, emocionales, motivacionales y psicológicos que pueda contribuir al bienestar humano por medio de mejoras en la calidad de vida y que potencie de la manera más óptima la educación de las personas.

Estamos inmersos en una época denominada “La era del cerebro” que avanza en las explicaciones sobre las características humanas basadas en la estructura y funcionamiento neurológicos que nos permite conocer mejor la conducta humana mediante la observación de correlatos estructurales relacionando estudios sobre la filogénesis (evolución de la especie) y la ontogénesis (desarrollo del organismo) de la persona a lo largo de su ciclo vital. Por esta razón, tiene que haber un trabajo conjunto entre las distintas ciencias que permita conocer mejor ese órgano que nos hizo ser lo que somos, humanos.

La neurociencia y la psicología han de colaborar de manera conjunta para aportar conocimientos sobre diferentes niveles de análisis que nos permita comprender el papel del código genético en la configuración del cerebro y de la mente humana. Conocer la arquitectura funcional del cerebro, su conectividad y patrones de actividad neuronal fundamentales de la mente humana nos permitirá conocer mejor cómo trabaja el cerebro humano en su labor diaria de tareas de la vida cotidiana y permitirá avanzar en estudios sobre patologías generadas en el cerebro.

En la actualidad hay bastantes estudios acerca de la estructura y funcionamiento de los procesos cognitivos de forma individual pero queda avanzar en el conocimiento sobre qué mecanismo produce la integración de todos ellos dentro del cerebro. Los procesos cognitivos están íntimamente interrelacionados y parece razonable pensar que comparten determinadas redes neuronales, pero hasta el momento no se ha prestado excesiva atención a explicar cómo se produce esa interacción. Las arquitecturas cognitivas ofrecen la posibilidad de modelar cómo se relacionan los diferentes procesos cognitivos y esto permite pasar de un planteamiento meramente teórico a una implementación virtual de un determinado modelo cognitivo. Por otro lado, las arquitecturas cognitivas pueden desempeñar un importante papel como predictores de la conducta humana, tanto normal como patológica. 

Además, desde la psicología del desarrollo puede conocerse la temprana emergencia de las capacidades representativas ya que, por ejemplo, se ha observado aspectos como la preferencia del neonato hacia la cara humana respecto a otros estímulos visuales, o la imitación del neonato de movimientos de la cara o manos de otra persona. En suma, todo ello aporta un conocimiento de la mente que permite conocer el cerebro subyacente a ella. Esta vía de conocimiento reclama la investigación desde la neurociencia cognitiva y del desarrollo que queda representada en el neuroconstructivismo. Esta aproximación científica interdisciplinar estudia y explica el inicio de las representaciones mentales, especificando cómo se enriquecen y hacen complejas a lo largo del tiempo, y los mecanismos de aprendizaje y madurativos implicados en ello.

Consecuentemente, si la inteligencia como producto de la actividad mental del cerebro puede estar determinada en parte por la función cortical y la interconexión de todas las áreas cerebrales, para conocerla e intervenir en ella es imprescindible acercarse al cerebro como órgano que permite su expresión y funcionamiento diferencial, porque es conocido que todos los cerebros son similares, pero no todos funcionan y aprenden de la misma manera.

El nuevo paradigma multidisciplinar en el estudio del cerebro aportará en el futuro el conocimiento necesario para hacer una educación de calidad basada en la personalización, necesaria para potenciar el aprendizaje en y para la sociedad. Conocer las potencialidades individuales, diversidad funcional, para desarrollar un proceso de adaptación hacia la empatía social.


Fuentes bibliográficas:

(1) Johnson MH, Morton J. Biology and cognitive development: The case of face recognition. Oxford, UK: Blackwell, 1991.

(2) Ruiz Sánchez de León, J.M., Fernandez Blázquez, M.A., (2011). Arquitecturascognitivas y cerebro: hacia una teoría unificada de la cognición. International Journal of Psychological Research, 4 (2), 38-47. [http://www.academia.edu/1453199/Arquitecturas_cognitivas_y_cerebro_hacia_una_teor%C3%ADa_unificada_de_la_cognici%C3%B3n]